El domingo me puse de loca e inventora y me fui con unos panas a hacer la ruta de la próxima Válida Gatorade en la Hacienda Santa Teresa a estrenar mi nueva bici en tierrita; andaba con la emoción a millón y con muchas ganas de descargar las energías que tenía acumuladas de las pasadas dos semanas.
Aunque a última hora casi se me frustra el paseito porque perdí en el camino la tuerca del bloqueo de mi rueda trasera, todo se resolvió gracias a un extraño que sin dudarlo me presto una tuerca del portabicicletas de su pick-up (pana aunque no supe tu nombre ni te pude devolver la tuerca porque cuando llegue ya te habías ido, gracias por la ayuda!!!, te debo la tuerca).
Todo empezó bien hasta que llegó la subida, que vale acotar está ahí mismito luego de cruzar el puente debajo de la autopista y se levanta hasta el km 7 (así que les recomiendo llegar bien tempranito el día de la carrera y calentar muy muy bien para que las piernas luego no les pasen factura), primero una parte de cemento y luego de tierra pasando por las dos antenas, hasta más o menos el km 4 la subida es fuerte y el sol inclemente sobre todo para las patarucas como yo que estamos empezando en esto y no nos queda mas que caminar y empujar la bici; luego continúa la subida pero es mucho mas pedaleable, varios arbolitos que protegen un poco del sol y una vista que hace que valga la pena el esfuerzo, cuando llegue al km 5.7 divisé la subiada que bien nombraron la rompe cadena, había un grupito de personas alli pero todos subíamos a pie menos Maria Alejandra Catillo que nos pasó por un lado y pudimos ver como controlaba su bici y con mucha tecnica logró subir hasta la mitad.
Luego de ese gran esfuerzo venía el premio, una grandiosa vista al final de la subida donde podiamos ver toda la Hacienda Santa Teresa, ufffff!!!! finalmente el comienzo del plano y un poco más adelante el bonito descenso que con precaución hasta el más novato (habla la voz de la experiencia) puede superar sin mayor contratiempo. Entramos en una especie de bosque, el clima cambia y se pone un poco húmedo y el camino se vuelve estrecho y sin darte cuenta agarras velocidad, hay que tener cuidado con las ramas de los árboles que se atraviesan y un tronco que hay por ahí caído que lo obliga a uno a agacharse; una que otra vez el vértigo me superó y tuve un par de intento de caídas pero sin mayores consecuencias.
El camino cada vez se me hacía mas conocido y es que claro al final esta ruta es una mezcla de las 12 horas con alcatraz, y ahí había estado yo tomando fotos; finalmente llegamos al camino de las cañas donde hay que estar prevenido de los pantanos que lo detienen a uno en seco si no cambias a tiempo.
Llegué a la hacienda y alli estaban mis panas esperándome y yo con la emoción de confirmar nuevamente que si puedo hacerlo a pesar de un par de morados (heridas de guerra) en las piernas y unas ganas tremendas de repetir la experiencia.
NOS VEMOS EL PROXIMO DOMINGO, PERO ESTA VEZ CON CAMARA EN MANO!!!!
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